Realizarán mapeo de floración de algas tóxicas en todo el país

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La Sección Limnología de la Facultad de Ciencias, la Facultad de Química, OSE, la Dirección Nacional de Medio Ambiente y el Instituto Clemente Esta­ble se abocan por primera vez a realizar un estudio para conocer el estado de situación en el país.

Esto sucede ante el aumento de la preocupación por conocer cuál es la magnitud del problema en los cursos de agua a nivel nacional, luego de que una concentración de algas anabaena provocara mal olor y sabor en el agua que OSE suministra a más de la mitad de los uruguayos. 


El estudio se realizará en el marco de un proyecto para investigar qué ocurre en los cursos de agua de Uruguay con el crecimiento rápido y masivo de algas potencialmente tóxicas. El proyecto fue aprobado recientemente por la Agencia Nacional de Investigación e Innovación 


«Vamos a hacer una recopilación de toda la información que hay en el país, que está muy dispersa muchas veces en informes técnicos que quedan un poco perdidos. La idea es generar un mapeo de la situación en todo el país sobre las floraciones de las cianobacterias (algas potencialmente tóxi­cas)», dijo la doctora en Ciencias Bioló­gicas Sylvia Bonilla, profesora adjunta de la Sección Limnología de la Facultad de Ciencias de la Udelar, que es además la responsable del proyecto. 


«Identificaremos las zonas más afectadas por el problema. También vamos a detectar cuencas críticas y en las que por múltiples usos aparecen estos organismos. Toda esta información actualmente no está centralizada. Empezamos a trabajar en el resumen de situación», informó Bonilla. «A fin de año vamos a poder opinar con números dónde está el problema y dónde están apareciendo más», agregó. 


En paralelo, OSE y esa misma sección de la Facultad de Ciencias comenzarán a trabajar en conjunto en un «sistema de alertas tempranas y estudio de la evolu­ción de la cuenca» de Santa Lucía, según el vicepresidente de la empresa, Daoiz Uriarte. El jerarca explicó que hoy OSE toma muestras en el río a 50 kilómetros río arriba de la planta de Aguas Corrientes y pretende, junto a los técnicos de la facultad, hacerlo «más arriba», para poder detectar antes fenómenos de este tipo.