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Nestor Rosadilla presenta libros en Paso de los Toros

El libro “Charamuscas para un sueño”  y "Candiles del Alama" del escritor isabelino Néstor Rosadilla, serán presentados el viernes 23 de febrero a la hora 19.00 en el Centro Cultural de Paso de los Toros por iniciativa de la Comisión Honoraria Asesora de Cultura del Municipio.

Al decir de Néstor Darío Rosadilla Pérez, nacido en Paso de los Toros en 1952, quien se retiró de la carrera militar en el año 2000 y desde hace un tiempo está radicado con su familia en Maldonado, “las charamuscas del alma que vamos juntando en el andar de la vida son, las anécdotas, los cuentos, los poemas, que al juntarlos un día permitirán que al acercarles la primera chispa, logremos encender el fuego de un sueño guardado por años en nuestro interior, llegar a la luz de un libro”.

Rosadilla, hoy abocado a una de sus pasiones como es la escritura, manifiesta en cuentos y poemas las vivencias de su infancia a orillas del Río Negro en su Paso de los Toros natal.

Durante el evento del viernes, también será presentado el libro de poesías “Candiles del alma”, del mismo escritor, ganador de un concurso convocado por la Intendencia de Maldonado.

 

De la pagina de facebook del Ejercito Nacional 

Relato sobre la escala humana de los Soldados de nuestro Ejército.

Fragmento del libro "Charamuscas para un sueño" del Tte. Cnel. Nestor Rosadilla.

"PECHETO"

Allá en aquel Batallón del Paso de los Toros había gente muy especial. Recuerdo claramente un personaje al que todo el mundo llamaba “Pecheto”, creo que era su apellido.

“Pecheto” era físicamente enjuto, siempre andaba con un pasito apurado como esos competidores de caminata, pero le imprimía un perfil medio de costado al desplazarse.

Era sordomudo. Tenía una particularidad especial y era que adoraba ser Soldado y a su modo lo era.

Andaba siempre vestido con prendas viejas del uniforme, siempre limpio y correcto.

Diariamente en su casa de Pueblo Centenario se levantaba al salir el sol, contaban, e izaba una Bandera Nacional.

En el pueblo se comentaba que había quedado sordomudo tras un gran susto que le habían dado cuando era muchacho.

Todas las mañanas se dirigía al Batallón (Batallón "Charrúa" de Ingenieros de Combate N° 3) y allí se colocaba a la cola de la formación de la guardia, para recibir al Jefe de la Unidad.

En el cuartel realizaba alguna tarea voluntaria y se sentía a gusto compartiendo con los Soldados y Clases. Allí almorzaba (pasaba a rancho) y se quedaba hasta la tarde. Contaban que era buen cazador de liebres junto a un par de galgos que tenía.

Un día el Comandante de la División circulaba en su vehículo por el pueblo se cruzó con “Pecheto”, éste se cuadro ante el paso del General e hizo el saludo militar.

Extrañado por el uniforme que llevaba, el General lo hizo llamar con el chofer. Lógicamente que al intentar comunicarse con él vio la situación cual era y de inmediato dio órdenes al Jefe de Batallón para que no le permitiera andar más de uniforme.

Evidentemente esto trajo un problema difícil de resolver en el ámbito de aquel querido Batallón. Se hablaba entre Oficiales y Suboficiales como hacerlo sin que “Pecheto” se sintiera ofendido o disminuido por la situación dispuesta.

Entonces surge la brillante idea (creo que de uno de los Capitanes) de informarle a “Pecheto” que le había salido el “Retiro Militar”. Uno de los Suboficiales que se comunicaba por señas con él,fue el encargado de trasmitírselo. Entre todos se le consiguieron prendas civiles y se le confeccionó un “carné” con foto y todo.

En un acto sencillo se le entregó el documento y fue saludado por todos. Pero lo más interesante y hermoso como gesto fue que todos los meses cuando el Batallón recibía el presupuesto, Oficiales y Soldados aportaban para el “retiro” de “Pecheto” en forma voluntaria.

Así todos los meses, se le veía en la cola del cobro esperando para recibir el sobre con su asignación de “retiro”.

Creo es una linda historia, digna de compartir como tantas otras que existen de nuestros Cuarteles y que muestran la sensibilidad de los Militares que por supuesto también la tienen.

Así fue es y será el SOLDADO ORIENTAL.

Al decir de Elías Regules: “Cosas chicas para el mundo, pero grandes para mí”.

Ejército Nacional, un ejército a escala humana.